Hace una semana atrás envié una reflexión al Diario, para ser publicada. Después de unos días al conversar con el Director del Diario y verificar lo que había escrito (creo que fue una señal divina), me doy cuenta que había cometido un gran error. No había borrado todo lo que había investigado sobre el tema en exposición y que estaba una página más abajo de donde había escrito la Conclusión.
Me vino una angustia muy grande, por el gran error que había cometido al no revisar el archivo, antes de enviarlo.
La vida me ha enseñado que es difícil lograr que los seres humanos tengamos la valentía para admitir de inmediato, nuestros errores. Generalmente a la mayoría de las personas no les gusta admitir que, cometió un error y lo arruinó todo.
Si en estos días hemos visto y escuchado las noticias por la Tv, recordamos de inmediato lo que está sucediendo con nuestras autoridades a nivel nacional.
En el libro escrito por el Rey Salomón, Proverbios capítulo 28 nos dice que: “Quien esconde su pecado jamás puede prosperar; quien lo confiesa y lo deja, recibe el perdón. (Traducción en Lenguaje Actual)
En este libro de la Biblia, Dios nos dice que si admitimos el error, si aceptamos nuestros fracasos y si consentimos que hemos cometido pecado, entonces tendremos otra oportunidad en la vida. Generalmente las personas culpan a los demás de todos sus problemas. Ponen excusas para sus tropiezos y se dan por vencido. Pero quienes tenemos a Dios en nuestra vida, no podemos tirar la toalla. Un nuevo comienzo está disponible para nosotros ahora mismo.
Esto lo confirma el Apóstol Pablo en su carta a los Romanos capítulo 8 que nos dice: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. La Biblia aquí nos da a entender que cuando nosotros vivimos alguna experiencia traumática, “Dios también puedo resolver eso”. Nuestro buen Dios, puede usar todo eso para nuestro bien.
De acuerdo a lo que nos enseña la Biblia, si admitimos los errores y nuestros fracasos, si infringimos la Ley de Dios o, como sus seguidores cometimos pecado, “entonces tendremos otra oportunidad en la vida”.
En Proverbios capítulo 24, la Biblia versión NVI nos dice que: “Si en el día de la aflicción te desanimas, muy limitada es tu fortaleza”.
Hemos aprendido por la vida y por medio de la Palabra de Dios que, “No hay éxito sin cometer errores”. Si no vivimos la experiencia del error, nos costará mucho más crecer.
Lo que tenemos que hacer es, aprender de los fracasos.
Investigando sobre los empresarios de éxito he aprendido que: El verdadero éxito se construye sobre el fracaso. Ellos enseñan que el fracaso es la forma en que se llega al éxito. En el fracaso se descubre lo que no funciona.
Cuando vivamos algún error, nunca lo llamemos fracaso en nuestra vida. Llamémoslo educación. Eso nos llevará a aprender, de las derrotas y errores pasados y actuaremos con fe en el futuro.
Si has vivido un error en tu vida y te ha dejado inactivo o inactiva, te invito a que medites en lo que dice la Biblia en Proverbios capítulo 4: “Y sobre todas las cosas, cuida tu mente, porque ella es la fuente de la vida”… según la versión NVI dice: “Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida”.
Al concluir te desafío a comenzar de nuevo y que utilices la siguiente enseñanza de quienes han vivido la experiencia del error, pero siguieron lo que la Biblia enseña:
1° Actúa con Fe.
2° Centra tu vida en Dios y,
3° Confía plenamente en Él.